#notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso   #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso   #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso   #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso   #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso   #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso   #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso   #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso   #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  #notienemipermiso  

María José Galiano

Salí de noche con unas amigas. Estábamos en una discoteca y yo dije “venga, nos vamos”.

Pedí un Uber.

Mi amiga y su novio me acompañaron a la esquina del local y yo me quedé esperando el coche.

Durante la noche, había un grupo de tíos un poco raros alrededor nuestra, que quisieron hablar conmigo; yo pasé.

Lo último que recuerdo, tras despedirme de mis amigxs, es despertarme en el escalón de una librería.

Sin móvil.

Sin saber dónde estaba, hasta que me ubiqué, habían pasado dos horas.

No se qué fue del Uber.

Unas chicas me contaron que los chicos habían estado allí hablando conmigo.

Lo vieron pero pensaron que eran amigos míos.

Después de eso volvieron a la discoteca y, al salir, me encontraron inconsciente en la puerta.

Tras eso, una de ellas me acompañó a coger un taxi para volver a casa.

Del resto no recuerdo nada.

Los comentarios están cerrados.

error: Content is protected !!