CAMPAÑAS.
Los hombres tienen un lugar privilegiado en la sociedad y algunos se sienten dueños de los espacios públicos. Son ellos y solo ellos quienes deben de comprender que han confundido símbolos de galantería con violencia sexual.
No es culpa de las mujeres y no existe justificación ni excusas para pensar que sí. Son los hombres quienes tienen que recapacitar y eliminar prácticas tan normalizadas como
- – Piropos
- – Miradas lascivas
- – Gestos obscenos
- – Grabaciones de cuerpo no consentidas
- – Tocamientos
- – Persecuciones
- – Silbidos, besos, jadeos y otros ruidos.
La ropa que decidas llevar, la hora a la que decidas salir y el estado en el que decidas volver no les da ningún permiso para manifestarse, de ninguna de las formas.
Una de las formas para evitar y hacer disminuir el fenómeno es a través de campañas de concienciación:
“Al revés tú te asustarías” es el lema con el que un pueblo de Granada lanza en 2019 la campaña contra el acoso callejero a las mujeres. Una cámara oculta asombra a hombres en una calle de manera inesperada. Al finalizar, algunos entienden el sentimiento de las mujeres, otros se sienten intimidados y otros entienden, en primera persona, qué significa sentirse inseguros al no poder caminar tranquilos. La conclusión final es que no deja indiferente a nadie.
Sensibilizar y despertar la empatía es clave para que los hombres sean capaces de entender.
EDUCACIÓN
La implantación de asignaturas de igualdad de género en la escuela y el soporte de los puntos seguros en lugares de ocio dotados de información y que abogan por la prevención son otras iniciativas que, además de buscar la erradicación de la violencia de género callejera, son parte la parte educacional para que los hombres desaprendan y podamos, algún día, convivir en los espacios públicos de manera segura.
Mónica Saiz Martínez, socióloga y participante en el informe “Noches seguras para todas”,
explica el hecho del problema
«Existe violencia sexual cuando hay una intromisión no deseada en el cuerpo, en el tiempo o en el espacio de las mujeres, aunque solo tenemos asumido el caso extremo, el de la violación. Hay un arco desde comportamientos sutiles en el que entran la insistencia, los comentarios indeseados, el contacto físico o los acercamientos, acorralamientos, seguimientos…»
Puedes leer la entrevista completa aquí https://www.lavozdegalicia.es
SANCIONES
¿Es inconsciente el acoso? Las faltas de percepción por culpa del sistema no implica que tengamos que dejar las cosas como están, restarle importancia o creer que es normal.
Las consecuencias sentimentales que surgen después de haber sufrido acoso y el recuerdo de la situación van desde el asco, la inseguridad, el miedo, la rabia, la impotencia y, en ocasiones, implica que la víctima se vea, incluso, en la necesidad de cambiar de residencia.
La sanción, por tanto, también es clave para que estos actos dejen de producirse:
“ Soy un hombre de tamaño medio y ya de cierta edad. La otra noche, volviendo a mi casa, cinco individuos jóvenes y fuertes me obligaron a entrar en un portal y, sin blandir navajas ni otras armas, me conminaron a entregarles todos los objetos de valor que portase. Asustado por la intimidación, les di el reloj, el móvil y el dinero que llevaba en la cartera. Ahora dudo en si denunciar o no el hecho, porque quizá no me resistí lo suficiente, no grité, no los amenacé, no opuse resistencia verbal, no arriesgué mi vida para salvar mis pertenencias. Quizá, pueda pensar alguien, colaboré con el robo y hasta disfruté con él. ¿Les suena?”.
Juan Antonio Bueno Alvárez nos deja en Instagram este testimonio. Nos suena ¿Y a ti?.
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