Será clave el consentimiento expreso a mantener relaciones sexuales.
La futura Ley de libertad sexual castiga todo comportamiento sexual sin consentimiento, incluido el acoso callejero y eso es una buena noticia, y nos da fuerzas para seguir con nuestro propósito: Charge.org.
El proyecto legal considera clave el consentimiento expreso a mantener relaciones sexuales; acaba con la distinción entre abuso y violación y tipifica por primera vez como delito el acoso ocasional o callejero, para penalizar “expresiones, comportamientos o expresiones sexuales o sexistas que creen una situación humillante, hostil o intimidatoria” con multas o bien arresto domiciliario, alejamiento o trabajo comunitario.
Desde Igualdad inciden en que no se refiere únicamente a situaciones producidas en vía pública, sino también en lugares privados como bares o discotecas. Asimismo, niegan que se criminalice el piropo:
«Este delito requiere de denuncia por parte de la víctima, si la mujer lo oye como un piropo no va a denunciar, pero si le genera una situación hostil, humillante o intimidatoria, pues llamarlo piropo es un problema del patriarcado» –subrayan fuentes del Ministerio.
Respecto al delito de ‘stalking’ –que se refiere al acoso reiterado– se elimina de la redacción del Código Penal el que tenga que ser «gravemente» la vida cotidiana de la víctima. Para Igualdad, basta con que la altere al existir seguimientos, contactos insistentes o uso de sus datos.
El objetivo de la nueva legislación, según subrayó Irene Montero, es cambiar el “paradigma” de forma que se establezca un marco de prevención, atención, sanción y reparación para las víctimas de violencias sexuales equiparable al que ya proporciona la ley contra la violencia de género. Para la ministra de Igualdad, se trata de un proyecto “valiente”, “ambicioso”, que sitúa a España entre los países más pioneros y que “dará más seguridad a las mujeres”, que “nunca más” verán cómo “se pierden sus derechos en un callejón oscuro”.
La violencia callejera basada en género.
Por supuesto, muchas personas también sufren acosos a causa de otros factores; como su raza, país de origen, religión, discapacidad o clase social. Algunas personas son acosadas por razones múltiples durante un mismo incidente.
El acoso callejero es un acto violento que intenta ejercer poder y control sobre la víctima; a menudo es una manifestación de una forma de discriminación social, como lo son el sexismo, la homofobia, la islamofobia, el clasismo, el capacitismo y el racismo. Se manifiesta con:
- Comentarios no deseados.
- Gestos
- Acciones impuestas por un extraño en un lugar público sin consentimiento.
- Y dirigidas hacia la víctima debido a su sexo real o percibido, género, expresión de género u orientación sexual.
“Independientemente del país en el que vivan, las niñas y adolescentes no se sienten seguras en las calles de sus ciudades y temen ser objeto de distintas formas de violencia. Este tipo de iniciativas nos permiten visibilizar el acoso y recoger las opiniones de las chicas para promover soluciones a este problema tan cotidiano como invisibilizado”, asegura Concha López, directora general de Plan Internacional.
Que caminemos por un espacio público no quiere decir que nuestro cuerpo sea público.