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¿Qué hace que una ciudad sea segura?

Es responsabilidad de gobiernos y sociedad civil propiciar el desarrollo de ciudades seguras para todos

 

Para promover espacios ciudadanos bien utilizados y diversos es necesario asegurar un entorno agradable, de fácil acceso y bien iluminado

 

 

El acoso y el abuso de las mujeres y niñas en los lugares públicos son fenómenos generalizados y, a pesar de ello, en gran parte ignorados. Es responsabilidad por tanto de los gobiernos y de la sociedad civil propiciar el desarrollo de ciudades seguras para todos, espacios donde nos sintamos ciudadanos libres y protegidos.

¿Qué son ciudades y comunidades seguras para las mujeres y niñas? El Centro Virtual de Conocimiento para poner fin a la violencia contra las mujeres y niñas las define así en un estudio al respecto:

  • Una ciudad donde las mujeres pueden disfrutar de los espacios públicos y de una vida pública sin temor a ser agredidas.
  • Una ciudad donde no se ejerce violencia hacia las mujeres y las niñas, ni en su casa ni en la calle.
  • Una ciudad donde las mujeres y las niñas no son discriminadas y donde sus derechos económicos, sociales, políticos y culturales están garantizados.
  • Una ciudad donde mujeres y niñas participan en la toma de decisiones que afectan a la comunidad en la que viven.
  • Una ciudad donde el estado garantiza los derechos humanos de todas las personas sin excluir a las mujeres y las niñas.
  • Una ciudad donde el estado y el gobierno local llevan a cabo acciones para atender, prevenir y sancionar la violencia contra las mujeres y niñas.
  • Una ciudad donde el estado y el gobierno local garantizan el acceso de las mujeres y niñas a la justicia.

 

La importancia de la igualdad de condiciones

 

Que mujeres y hombres tengan las mismas posibilidades en una ciudad es importante. Ya que una ciudad es segura cuando se promueve la eliminación de la violencia de género, al mismo tiempo que se promueve la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en todas las esferas de la vida social, económica cultural y política (acceso a empleo, educación, participación política, recursos y recreación, etc.)

 

Darle uso a los espacios públicos

 

En general, las ciudades en las cuales los espacios públicos son utilizados con más intensidad y por la diversidad de tipos de ciudadanos, que llevan a cabo diferentes actividades en horarios del día variados, son más seguras para todos, y especialmente para las mujeres. Esto es porque la variedad y la diversidad tienden a promover la tolerancia y la paz entre los ciudadanos. Además, si hay más personas presentes en la calle durante el día, hay más “ojos mirando la calle”, lo cual hace más difícil que ocurran robos o agresiones.

 

Entornos agradables y bien iluminados

 

Para promover espacios ciudadanos bien utilizados y diversos es necesario asegurar un entorno agradable, de fácil acceso y bien iluminado. Con abundantes asientos (o mobiliario público) para diferentes usos, y buen mantenimiento, entre otros factores, para alentar a las personas a permanecer en los espacios públicos y usarlos. Si los espacios públicos carecen de estas características, quedan descuidados, desmejoran, y se convierten y se sienten más peligrosos para las mujeres y otros ciudadanos.

 

Iniciativa popular #NoTienesMiPermiso

 

Desde hace unos meses en nuestro país ha nacido la iniciativa popular,#NoTienesMipermiso, promovida por Mancomunidad La Vega, precisamente para que se legisle el acoso callejero en España. Más de 1.100 personas han firmado la petición en CHANGE.ORG pero se necesitan muchas más.

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Al amparo de los espacios públicos

 

El acoso en lugares públicos, como calles o medios de transporte, sigue siendo un grave problema en muchos países

 

En 2008 se condenó por primera vez a un hombre en Egipto por tocamientos y acoso a una mujer en público

 

 

 

Los lugares públicos… espacios en los que muchos aprovechan para ejercer violencia al amparo del anonimato y la total impunidad e incluso aceptación social que hay en muchas culturas y sociedades al respecto. Y es que el acoso en lugares públicos, como calles o medios de transporte, sigue siendo un grave problema en muchos países.

El acoso sexual en lugares públicos constituye una práctica cotidiana en ciudades de diversas partes del mundo (New York, Hong Kong, Sevilla, La Habana, Bogotá, Nueva Delhi, Lima, Ottawa, en ciudades de Arabia Saudita, Kuwai, México…) y las formas que adopta son muy variadas (ofensas verbales, acoso físico, exhibicionismo, etc.), así como los interlocutores a los que se dirige: mujeres, niños, homosexuales, etc.

 

El problema de la invisibilidad

 

Una frase ofensiva, una mirada lasciva, un toqueteo sexual, son experiencias de todos los días para muchas personas cuando se desplazan en su día a día. Sin embargo parece no constar como un problema serio y real que haya que atajar en nuestras sociedades.

La experta en el tema Patricia Gaytan Sánchez aborda este problema en su trabajo “El acoso sexual en lugares públicos: un estudio desde la Grounded Theory”. “El acoso sexual en lugares públicos es un componente invisible de las interacciones cotidianas, que afecta las vidas de muchas personas, pero del que se habla muy poco. La brevedad de su duración, así como la forma velada en la que muchas veces se presenta, disfrazándose de halagos, susurrándose al oído o confundiéndose en la multitud, lo hacen aparentemente intangible” explica.

 

El caso de Egipto

 

En 2008 se condenó por primera vez a un hombre en Egipto por tocamientos y acoso a una mujer en público. Según los informes, hasta el 83% de las mujeres egipcias sufren acoso sexual. A la víctima en el caso egipcio, una cineasta de 26 años, la policía le exigió que llevase a su padre y a su agresor a la comisaría antes de permitirle presentar una denuncia por agresión. El autor fue declarado culpable y condenado a tres años de trabajos forzados y a una multa de 5.001 libras egipcias (895 dólares estadounidenses). Este hecho, junto con otros que tuvieron gran repercusión, ha llevado al gobierno egipcio a plantearse la promulgación de nueva legislación sobre acoso sexual. Así como campañas para combatir el acoso mediante la religión. En este sentido distribuyó un folleto a 50.000 imanes de todo el país para sensibilizar sobre el problema y sugerir estrategias para que los líderes religiosos aborden esta cuestión.

 

Iniciativa popular #NoTienesMiPermiso

 

Para combatir este tipo de acoso, que puede incluir insinuaciones sexuales y contacto físico inoportunos, los códigos penales deben tipificarlo como delito. Y eso es precisamente lo que busca la iniciativa popular,#NoTienesMipermiso, promovida por Mancomunidad La Vega, para que se legisle el acoso callejero en España. Más de 1.100 personas han firmado la petición en CHANGE.ORG pero se necesitan muchas más.

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